sábado, 27 de agosto de 2016

Asi es la vida



Muchas veces en la vida pensamos y hasta decimos que nos queremos morir. Pero la vida es muy valiosa para desperdiciarla. Todos somos muy importantes.
Piensa que aunque para el mundo no seas nadie, para alguien eres el mundo.

Muchas veces pensamos que otros son perfectos, pero no hay nadie perfecto, todos somos iguales. Sólo hay gente que tiene cosas que tú no tienes, como tú tienes cosas que ellos no tienen.

Muchas veces te sientes mal por la forma en que actúas y reaccionas, pero lo que ocurre es que algunos lastimamos con más facilidad que otros. Las virtudes de los demás siempre son más visibles para ti, que las tuyas propias.

Muchas veces te aferras a algo o a alguien. No está mal, pero trata de no hacerlo indispensable para tu vida, si te acostumbras a usar siempre muletas, nunca andarás bien. 

Muchas veces te desprecias, te miras al espejo y te insultas. No lo hagas, acepta tanto tu realidad como el hecho de que sólo Dios puede transformar tu vida.
Muchas veces nos desesperamos y desilusionamos, pero si todo lo que esperamos o deseamos se cumpliera, ¿dónde estarían las sorpresas?.

Muchas veces nos traicionan los que creíamos amigos. Y ahí aparecen los verdaderos amigos que nos consuelan.
Por todos esos motivos no bajes los brazos nunca.
Por todo eso vive la vida al máximo, sonríe, se feliz, disfruta de la vida y confía en el Señor.
Por todo eso ama la vida, quizás no sea muy larga, pero puede ser intensa y significativa.
Puede que te toque vivir cosas difíciles, pero con el Señor, lo mejor, está por venir.
No hagas que tu vida sea un infierno, trata de vivir cada momento como si fuese el último.
Toma con cuidado las decisiones importantes, si te equivocas puedes derribar lo que construiste a lo largo de toda tu vida.

Nunca cambies, siempre sé tu mismo. Piensa que siempre hay gente que te va a recibir con los brazos abiertos.

Nunca creas que es tarde para volver a empezar. Nunca es tarde para realizar un sueño. No hay nada imposible para Dios.

Acuérdate siempre que en nuestro idioma existe una palabra clave para volver a empezar, PERDÓN.

“La vida es gratis, es un regalo y los regalos no hay que rechazarlos. Pero para que ese “regalo” tenga algún sentido, tienes que preguntarle a quien te la regaló, de otra manera te estarás perdiendo el verdadero significado de tu existencia”

martes, 23 de agosto de 2016

Sonrisas en tu Mejilla





1- Deja ir a personas que sólo llegan para compartir quejas, problemas, historias desastrosas, miedo y juicio de los demás. Si alguien busca un cubo para echar su basura, procura que no sea en tu mente.
2- Paga tus cuentas a tiempo. Al mismo tiempo cobra a quién te debe o elige dejarlo ir, si ya es imposible cobrarle.
3- Cumple tus promesas. Si no has cumplido, pregúntate por qué tienes resistencia. Siempre tienes derecho a cambiar de opinión, a disculparte, a compensar, a re-negociar y a ofrecer otra alternativa hacia una promesa no cumplida; aunque no como costumbre. La forma más fácil de evitar el no cumplir con algo que no quieres hacer, es decir NO desde el principio.
4- Elimina en lo posible y delega aquellas tareas que no prefieres hacer y dedica tu tiempo a hacer las que sí disfrutas.
5- Date permiso para descansar si estás en un momento que lo necesitas y date permiso para actuar si estás en un momento de oportunidad.
6- Tira, recoge y organiza, nada te toma más energía que un espacio desordenado y lleno de cosas del pasado que ya no necesitas.
7- Da prioridad a tu salud, sin la maquinaria de tu cuerpo trabajando al máximo, no puedes hacer mucho. Tómate algunos descansos.
8- Enfrenta las situaciones tóxicas que estás tolerando, desde rescatar a un amigo o a un familiar, hasta tolerar acciones negativas de una pareja o un grupo; toma la acción necesaria.
9- Acepta. No es resignación, pero nada te hace perder más energía que el resistir y pelear contra una situación que no puedes cambiar.
10-Perdona, deja ir una situación que te esté causando dolor, siempre puedes elegir dejar el dolor del recuerdo.

domingo, 21 de agosto de 2016

#Aprenderas

Después de algún tiempo aprenderás la diferencia entre dar la mano y socorrer a un alma, y aprenderás que amar no significa apoyarse, y que compañía no siempre significa seguridad.
Comenzarás a aprender que los besos no son contratos, ni regalos, ni promesas…
Comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente, con la gracia de un niño y no con la tristeza de un adulto y aprenderás a construir hoy todos tus caminos, porque el terreno de mañana es incierto para los proyectos y el futuro tiene la costumbre de caer en el vacío.
Después de un tiempo aprenderás que el sol quema si te expones demasiado…
Aceptarás incluso que las personas buenas podrían herirte alguna vez y necesitarás perdonarlas…
Aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del alma….
Descubrirás que lleva años construir confianza y apenas unos segundos destruirla y que tú también podrás hacer cosas de las que te arrepentirás el resto de la vida.
Aprenderás que las nuevas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias, y que no importa qué es lo que tienes, sino a quién tienes en la vida y que los buenos amigos son la familia que nos permitimos elegir.
Aprenderás que no tenemos que cambiar de amigos, si estamos dispuestos a aceptar que los amigos cambian.
Te darás cuenta que puedes pasar buenos momentos con tu mejor amigo haciendo cualquier cosa o simplemente nada, sólo por el placer de disfrutar su compañía…
Descubrirás que muchas veces tomas a la ligera a las personas que más te importan y por eso siempre debemos decir a esas personas que las amamos, porque nunca estaremos seguros de cuándo será la última vez que las veamos…
Aprenderás que las circunstancias y el ambiente que nos rodea tienen influencia sobre nosotros, pero nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos.
Comenzarás a aprender que no nos debemos comparar con los demás, salvo cuando queramos imitarlos para mejorar…
Descubrirás que se lleva mucho tiempo para llegar a ser la persona que quieres ser, y que el tiempo es corto.
Aprenderás que no importa a dónde llegaste, sino a dónde te diriges y si no lo sabes, cualquier lugar sirve…
Aprenderás que si no controlas tus actos, ellos te controlarán y que ser flexible no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuán delicada y frágil sea una situación: siempre existen dos lados.
Aprenderás que héroes son las personas que hicieron lo que era necesario, enfrentando las consecuencias…
Aprenderás que el amor se hace de a dos.
Aprenderás que la paciencia requiere mucha práctica.
Aprenderás que sin confianza nada se construye. Y que cuando la rompemos, se destruye todo muy fácil.
Aprenderás que cuando te des cuenta que tu trabajo es parte de tu vida y que pasas más tiempo allí que con tu familia, entenderás porque debes sentirte cómodo y a gusto en él.
Descubrirás que algunas veces, la persona que esperas que te patee cuando te caes, tal vez sea una de las pocas que te ayuden a levantarte.
Madurar tiene más que ver con lo que has aprendido de las experiencias, que con los años vividos.
Aprenderás que hay mucho más de tus padres en ti de lo que supones.
Aprenderás que cuando sientes rabia, tienes derecho a tenerla, pero eso no te da el derecho a ser cruel.
Descubrirás que sólo porque alguien no te ama de la forma que quieres, no significa que no te ame con todo lo que puede, porque hay personas que nos aman, pero que no saben cómo demostrarlo…
No siempre es suficiente ser perdonado por alguien, algunas veces tendrás que aprender a perdonarte a ti mismo.
Aprenderás que con la misma severidad con que juzgas, también serás juzgado y en algún momento condenado.
Aprenderás que no importa en cuántos pedazos tu corazón se partió, el mundo no se detiene para que lo arregles.
Aprenderás que la distancia es el olvido.
Aprenderás que la vida se rehace con amor, confianza y tranquilidad.
Aprenderás que quien no te ama te dejara plantada/o, no te contestara o simplemente no te iniciara una conversación.
Aprenderás que el tiempo no es algo que pueda volver hacia atrás, por lo tanto, debes cultivar tu propio jardín y decorar tu alma, en vez de esperar que alguien te traiga flores.
Entonces y sólo entonces sabrás realmente lo que puedes soportar; que eres fuerte y que podrás ir mucho más lejos de lo que pensabas cuando creías que no se podía más.
Aprenderás que la persona correcta para ti es quién de haga reír de tus defectos, quién te acompañe en tus errores, quién te sostenga en tus tristeza.
Aprenderás que la mujer de tu vida, es aquella que veas como madre de tus hijos. Y que será aquella mujer que jamás pierda su dulzura, su buen humor, su compañerismo hacia tí y su preocupación por verse bella. Sera aquella que te de su plato si te quedaste con hambre o te preparara mas comida.
Aprenderás que se gana o se aprende, pero nunca se pierde!
Aprenderás que el hombre de tu vida es aquel que te hace brillar los ojos, cuidarlo cuando con un resfrío cree morirse, quien tenga un idioma en común/propio contigo, que día a día te enseña algo, que se eleve como persona,  quien te haga reír al irse a dormir, entre tantas cosas.
Aprenderás que quién no te ama… quizás te recordará, pero no te buscará para tenerte a su lado.
Aprenderás que todos cometemos errores pero que el tiempo nos demuestra si quienes cometieron esos errores nos hirieron de manera intencional o no.
Aprenderás que siempre hay que escuchar las dos campanas para poder juzgar y aún así no deberías juzgar a nadie ni a nada.
Aprenderás que los hijos crecen y no dejan, como así también nosotros dejamos la casa de nuestros padres.
Aprenderás a aceptar que a veces la persona que amas, simplemente ya no te elige mas y que ya no están en el mismo camino, lugar y tiempo.
Aprenderás que cuando queremos algo, llega.
Aprenderás que se puede volver a creer en el amor.
Aprenderás que a quien amas, puedes perderla/o.
Aprenderás que cuando una persona te “ladre” puede significar que tengas cuidado.
Aprenderás que hay personas que mejor deben desaparecer.
Aprenderás que la vida es una sola y que no podemos pasarla intentando autoconversernos, acostumbrandonos o simulando cosas que no sentimos.

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